Wednesday, July 3, 2013

Un humilde experimento poético

A menudo, nuestra tendencia es no disfrutar ni investigar lo que no entendemos o lo que nos cae difícil. Antes de comenzar mi aprendizaje con literatura hispanoamericana, tenía ésta actitud hacia la poesía. No la entendía porque no había estudiado los contextos históricos, sociales, geográficos y económicos en los cuales se publicó la poesía a la que yo había estado expuesta. Tampoco había investigado las vidas de los autores ni los movimientos literarios en que ellos participaron y los que les influyeron. Con este conocimiento previo y una comprensión básica de los componentes de la poesía como el escenario, el simbolismo literario, las metáforas y la forma, uno puede entender y apreciar la poesía. Cualquier persona tiene la capacidad de descubrir los significados de la poesía que asombra e impacta a los lectores de una manera particular entre la literatura. No obstante, hay que dejar a lado los pensamientos como, Eso no es para mí o La poesía no es mi fortaleza, para descubrir la verdadera belleza que contiene. 

Después de estudiar la poesía por solamente unas semanas, cambió suficiente mi forma de pensar y de acercarme a los textos para que yo descubriera que, mientras que pensaba que no tenía un espíritu poético, sí era capaz de entender y apreciar la poesía. Eventualmente, me emocionó la profundidad de los significados y los sentimientos que sentí detrás de los poemas que leí y encontré mi propia voz poética. 
 
Se me ocurrió este poema en un viaje de buseta que duró 10 horas entre los estados venezolanos de Apure y Mérida. Yo había pasado el fin de semana en los llanos de Venezuela y salen unas fotos para que tengan en cuenta el contexto geográfico y lo que había visto justamente antes de escribir mi poema. En el viaje tuve mucho tiempo para reflexionar y admirar el paisaje desde la ventanilla. Éste es el primer poema que escribo en 7 años y mis inspiraciones fueron Los heraldos negros por César Vallejo y Poema 20 por Pablo Neruda. 

Las primeras clases de Literatura hispanoamericana se trataron sobre el posmodernismo y las vanguardias que comenzaron con Cesar Vallejo (1892-1938) al principio del siglo XX. En Los heraldos negros (1915), Vallejo comenzó a abandonar la forma rígida que aún existía en literatura moderna. Por abandonar la forma modernista, Vallejo hace que el lenguaje sirva para  todo que quiere expresar y transmitir la voz poética de la vida. Los heraldos negros alude a la soledad y al sentir humano. En vez de enfocarse en los problemas sociales de su tiempo Vallejo se enfoca en el individuo y se mete en el tema del individuo y de los sentimientos universales.
 
Es probable que el sentimiento universal más trabajado en la literatura sea ‘el amor.’ Poema 20 se trata de un amor perdido. El lenguaje que emplea Neruda es muy preciso y, para mí, fue inevitable identificarme con el sentir que expresa la voz poética.  Al leer el poema, me trasladé a un amor que tuve y me asombró que el poema me tocara tanto y me activara estos recuerdos. Por tan elemental que es, yo considero el poema que les presento como una evidencia de que todo el mundo tiene una voz poética que espera ser descubierta. En mi caso, ella surgió entre mis estudios de la poesía hispanoamericana y que secuestró los sentimientos que residen dentro de mí.

No te olvides de mí

Todavía te quiero
no te me olvidas
tanto te dolí y yo sigo así
la memoria me sirve demasiado bien
te apareces donde sea que descansen mis ojos
en aquél tiempo fuiste captador de mis sueños
ahora sueño con escaparme
quiero vivir el presente, pero
veo la vida desenlazarse como si fuera un carrete ante mis ojos
detrás del cual me esperas
doy un paso adelante y
la memoria me arrastra para atrás
tu cara reina en mis recuerdos y se antepone enfrente de mis ojos
así no te escapas donde sea que yo ande.

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