Wednesday, July 3, 2013

"La gallina degollada" por Horacio Quiroga


Horacio Quiroga—cuentista, novelista y poeta modernista—nació en Salto, Uruguay el 31 de diciembre en 1878. Modernista y naturalista, Quiroga es conocido por su prosa vívida y sus cuentos. Sus cuentos son destacados entre la literatura hispanoamericana por tratarse sobre los aspectos más extraños de la naturaleza, conteniendo horror, enfermedad y sufrimiento para los seres humanos. Estos temas reflejan las experiencias y las tragedias que él vivió en su vida. Su padre murió en un accidente de caza, su padrastro y primera esposa se suicidaron y Quiroga mató a su amigo con un disparo errante. También había vivido unas veces en la selva, intentando a  domesticar animales. Se murió en Buenos Aires en 1937 cuando se enteró que tenía cáncer y se suicidó con la ingestión del arsénico.1


Su cuento corto, “La gallina degollada,” (http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/la_gallina_degollada.htm) ejemplifica los temas mencionados que caracterizan a Quiroga, especialmente la enfermedad. A través de los escenarios empleados y de su descripción de los protagonistas, cuatro idiotas, Quiroga desarrolla la complejidad de la historia. Se utilizan dos tipos de escenarios para crear una complicación entre los personajes de la historia. Quiroga vuelve varias veces a describir do­­­­­­­­­nde se sientan los idiotas, lo cual es un patio. Este escenario es simbólico porque representa lo anomalístico. El patio descrito como tal, “…era de tierra, cerrado al oeste por un cerco de ladrillos,” parece una jaula para animales. De hecho, es donde también residen las gallinas en el cuento. Al contrario, la casa provee un escenario que representa lo doméstico, donde residen los personajes sanos que matan las y comen las gallinas.

En cuanto la descripción, Quiroga describe detalladamente la apariencia de los idiotas, hasta sus pupilos, sin mencionar ningún aspecto psicológico. ¿Por qué será? A la vista del narrador, los idiotas siempre se ven como si no pensaran en nada y tienen miradas vacías. Sin embargo, es a través de los ojos, en vez del intelecto, que los idiotas aprenden. Quiroga vuelve a mencionar los ojos de los idiotas en por lo menos 3 ocasiones, desarollando la complicación de la historia y transmitiendo a través de su vista el mundo que ellos ven pero que no penetra su intelecto.
Animábanse sólo al comer o cuando veían colores brillantes y oían truenos. Se reían entonces, echando afuera lengua y ríos de baba, radiantes de frenesí bestial. Tenían, en cambio, cierta facultad imitativa; pero no se pudo obtener nada más.
Los cuatro idiotas, la mirada indiferente, vieron cómo su hermana lograba pacientemente dominar el equilibrio y cómo en puntas de pie apoyaba la garganta sobre la cresta del cerco, entre sus manos tirantes. Viéronla mirar a todos lados y buscar apoyo con el pie para alzarse más.
Pero la mirada de los idiotas se había animado; una misma luz insistente estaba fija en sus pupilas. No apartaban los ojos de su hermana mientras una creciente sensación de gula bestial iba cambiando cada línea de sus rostros. Lentamente avanzaron al cerco. La pequeña, que habiendo logrado calzar el pie iba ya a montar a horcajadas y a caerse, debajo de ella, los ocho ojos clavados en los suyos le dieron miedo.
La primera cita ofrece una prefiguración de la matanza de la hermana, haciendo referencia a la capacidad de imitar (a través de la vista) que tienen los idiotas. Por eso, son capaces de matar a su hermana por imitar lo que hace la sirvienta con  la gallina. En la escena que procede la matanza y la escena de la matanza misma, los ojos dominan el escenario del discurso. La “mirada indiferente” de la segunda cita, transmite al lector lo que ven los idiotas, pero no lo que ellos comprenden. El técnico descriptivo de Quiroga deja que el lector observe lo que observan los idiotas desde un punto de vista afuera de la historia. Es decir que, por describir la escena a través de una mirada de los idiotas, Quiroga logra que el lector capta lo que ven los idiotas y, por mencionar que tiene una “mirada indiferente,” logra que el lector busque más allá de lo que ven los idiotas para comprender los acontecimientos. 

Por fin, en la escena de la matanza, los ojos tienen una característica de intensidad porque la vista les motivó a actuar, o en su caso, imitar. En la escena final, la existencia de los idiotas tiene la más vida, reflejada a través de la descripción de los ojos “animados” y “clavados.” Su pensamiento no está relatado con ninguna detalle. Sin embargo, el detalle de los ojos relata el estado de ánimo con el cual los idiotas llevan a cabo sus acciones. 

El desenlace de la historia, la matanza de la hermana, ocurre en la concina—el escenario doméstico que muestra las tendencias violentas que tienen los seres humanos tanto como los animales, quienes no aplican la razón a sus acciones. Efectivamente, los idiotas representan lo anomalístico, como partes del escenario del patio, y los rasgos anomalísticos se transmiten en la descripción de sus miradas y sus ojos, revelando su falta de capacidad intelectual y su instinto a imitar. Entonces, al crear dos escenarios opuestos y al describir los idiotas con pura apariencia y énfasis en los ojos, la complicación de la historia desarrolla a través de los idiotas. 

1. “Horacio Quiroga.” Bibliografías y Vidas. 2013. Web. 17 Jun 2013.
<http://www.biografiasyvidas.com/biografia/q/quiroga_horacio.htm>.

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